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domingo, 17 de julio de 2011

PREMIO NACIONAL " JOSE MARIA ARGUEDAS " 2011


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IMPORTANCIA DE ARGUEDAS EN EL RECONOCIMIENTO DEL PERÚ

COMO PAÍS MULTICULTURAL.

“Arguedas es el escritor de los encuentros y desencuentros de todas las razas, de todas las lenguas y de todas las patrias del Perú. Pero no es un testigo pasivo, no se limita a fotografiar y a describir, toma partido.”, (Gustavo Gutiérrez, Entre las Calandrias)


El Perú es un país pluricultural, multilingüe, donde conviven varias razas y se habla muchas lenguas. Esta afirmación sobre nuestra realidad, parece no ser ya una novedad, aunque a veces algunos acontecimientos parecieran desmentirnos. Esta condición del Perú tiene relación con las características propias de nuestro proceso histórico. Sus raíces vienen desde épocas prehispánicas y continúan en el marco de la configuración del territorio denominado Tahuantinsuyo, donde convivieron pueblos distintos compartiendo una matriz cultural común. Esa diversidad pervive y se acentúa en los orígenes del Perú como Estado y como República y se mantiene hasta nuestros días, aunque con otras características y adquiriendo otras formas de expresión y convivencia.

Durante mucho tiempo esa diversidad ha sido escamoteada o ignorada desde las esferas del Perú Oficial, cuando no, poco conocida por los distintos sectores de la sociedad peruana. Los millones de peruanos cuyas matrices culturales y lingüísticas no coincidían con la cultura occidental o la lengua castellana, en la práctica estaban condenados a ser ignorados en sus derechos o en el reconocimiento de sus expresiones culturales.


La situación empezó a cambiar en el marco de un proceso largo, complejo y rico en experiencias y aprendizajes para todos los peruanos. Ahora, por ejemplo, se reconoce que somos un país diverso en muchos aspectos, que esa diversidad es un problema para nuestro desarrollo, para nuestra viabilidad como nación y como sociedad; pero también se reconoce en esa diversidad, una potencialidad para superar nuestra condición o encontrar nuevos rumbos. Las formas vigorosas y creativas como esa diversidad de culturas y lenguas irrumpen o se expresan en los distintos escenarios y en distintas facetas de la vida nacional, han contribuido a ese cambio de perspectiva.

El reconocimiento de la diversidad cultural y lingüística del país también es tomado en cuenta desde el Estado. Ahora ocupan un lugar en los diagnósticos y en las políticas oficiales. Por ejemplo, En la Ley General de Educación se reconoce como principios de la educación: “La inclusión, que incorpora a (...) grupos sociales excluidos, marginados y vulnerables, especialmente en el ámbito rural, sin distinción de etnia (...); y también “La interculturalidad, que asume como riqueza la diversidad cultural, étnica y lingüística del país y encuentra en el reconocimiento y respeto a las diferencias, así como en el mutuo conocimiento y actitud de aprendizaje del otro, para la convivencia armónica y el intercambio entre las diversas culturas del mundo”.

Entonces, ha sido también un proceso largo de aprendizaje para el propio Estado y para los sectores de la sociedad. En ese proceso han contribuido ilustres peruanos desde diversas esferas y actividades: la historia, la literatura, el derecho, la religión, el arte, la política, etc.

Uno de aquellos ilustres peruanos es José María Arguedas (Andahuaylas 1911 - Lima 1969), un intelectual emblemático y singular en nuestra cultura. Ejerció diversas funciones y actividades: funcionario público (Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación en 1947; Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio en 1950; Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana en 1953; Director de la Casa de la Cultura del Perú en 1963; Director del Museo Nacional de Historia en 1964); profesor de Etnología y Quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones en 1950; catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos en 1958; profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte; director de la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario); editor de las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. También fue profesor en los colegios Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima.


En 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Representó al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942). Asimismo recibió galardones como el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968).




Como literato destacan sus obras: Agua (1935), Yawar fiesta (1941) Diamantes y pedernales (1954), en las que presenta una versión lo más auténtica posible sobre la vida andina y donde reivindica el modo de ser del indio. El Sexto, Todas las sangres, proyecto narrativo ambicioso y de largo aliento, en el cual presenta literariamente todos los modelos que se proponen alternativos para configurar la sociedad peruana de entonces, a los cuales antepone como legítimo un modelo social comunitario que no es antagónico a la modernización. El zorro de arriba y el zorro de abajo, publicado en forma póstuma en 1971. En su literatura no hay un manejo diestro de las técnicas narrativas modernas, pero comunica con gran intensidad la esencia de la cultura, el paisaje y la cosmovisión andinas.



Arguedas tiene una producción intelectual bastante amplia. Comprende también trabajos, ensayos y artículos sobre el idioma quechua, la mitología prehispánica, el folclore y la educación popular, entre otros aspectos de la cultura peruana. Las vicisitudes de su propia experiencia de vida, su delicada sensibilidad y la circunstancia especial de haberse educado dentro de las tradiciones culturales occidental e indígena, le permitieron comprender y describir como ningún otro intelectual peruano la compleja realidad del indio, con la que se identificó de una manera comprometida. Según muchos analistas de su obra, Arguedas es un escritor indio; no por su condición racial, sino porque se identifica, vive y participa de la cosmovisión indígena.



Arguedas también fue etnólogo, tarea que desarrolló vinculada a su producción literaria, encontrándose incluso en sus estudios académicos de Etnología el mismo lenguaje lírico que se aprecia en sus narraciones.


El conjunto de su obra y de su quehacer intelectual revelan el profundo amor de Arguedas por la cultura andina peruana, en la que se formó y con la cual convivió desde muy temprana edad. Su obra representa, sin duda, una contribución significativa para comprender la esencia de la diversidad cultural de la nación peruana en un momento crucial (entre los años treinta y sesenta del siglo pasado), de grandes transformaciones y cambios sociales. La cuestión fundamental que se


trasluce en las obras de Arguedas, es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la urbana de raíces europeas) que debían integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Los dilemas, angustias y esperanzas que ello supone, constituyen lo esencial del trabajo intelectual de Arguedas.

Así pues, en el contexto que vivió, Arguedas representa un hito muy importante para la continuidad de un proceso que nos llevaría a aceptar y reconocer que en nuestro país no solo existe una cultura, sino que en él coexisten y se expresan también otras culturas, en las cuales tienen presencia significativa otros peruanos con los mismos derechos y responsabilidades. Este reconocimiento, aparece con mucha mayor claridad en los tiempos actuales. Ahora se acepta sin dificultad la condición multicultural del Perú.

En reconocimiento a la obra de Arguedas, a su trabajo intelectual y con el propósito de mantener la vigencia de su legado entre los estudiantes de la educación básica, el Congreso de la República ha instituido el Premio Nacional de Narración y Ensayo “José María Arguedas” y ha encomendado su ejecución al Ministerio de Educación. El Premio es otorgado anualmente.

El sustento normativo (mediante ley de la República), la naturaleza (Premio Nacional, cuya envergadura e implicancias van más allá de la ejecución de un concurso) y la continuidad del evento (ejecución anual), otorgan al Premio Nacional “José María Arguedas” una dimensión e importancia especiales, que complementan las consideraciones esbozadas en los párrafos anteriores.


En esta perspectiva, el Ministerio de Educación y los docentes de todo el país tienen una tarea importante que concretar. El Ministerio, tendrá que darle un perfil apropiado a la actividad para cumplir adecuadamente con los propósitos de la ley, en el marco de darle contenido real a las políticas de Estado relacionadas con la inclusión de grupos sociales marginados y la interculturalidad basada en el reconocimiento y respeto de las diferencias culturales. A los docentes corresponde incentivar y orientar a sus estudiantes para que desarrollen sus capacidades de investigación y aprendizaje sobre dichos temas y sobre el mensaje multicultural de la obra de José María Arguedas.


Arguedas y la mesa redonda del IEP

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VIDEO 1 : JOSE MARIA ARGUEDAS






VIDEO 2 Mario Vargas Llosa habla de José María Arguedas







VIDEO 3: Los cien años de José María Arguedas




VIDEO RECUERDOS Y RELATOS POR ANIVERSRAIO DE ARGUEDAS